Creencia, confianza, convicción, religión, ánimo…. De diversas formas podemos llamar al optimismo, si el mismo que reina hoy por hoy en los distintos mercados alrededor del mundo, mientras la FED y sus amigos imprimen e imprimen billetes el mercado parece obviar al día de hoy el aumento en la tasa de contagios en EEUU y los rebrotes que florecen al arrancar el verano en el viejo continente. El cierre del 1er trimestre del año dejo un saldo negativo de 20% en promedio en la bolsa americana cuando la pandemia era declarada y comenzaban a preocupar las cifras en el hemisferio norte del continente americano, mientras en Europa ya se declaraba el descontrol y las medidas de confinamiento se endurecían. Así mismo las cifras de desempleo recién comenzaban a mostrar atisbos del profundo deterioro que semanas posteriores dejarían en evidencia el impacto del covid19, no tan solo en EE.UU. sino que, en el mundo entero, pasando a ser la crisis de liquidez más profunda que se haya debido enfrentar.
Los días fueron pasando, el “peak” de contagios fue controlado y progresivamente disminuyendo, y con esto las sonrisas aumentando de oreja a oreja a lo largo del mercado debido al dinero barato que circulaba. Las posibles vacunas que nos podían salvar antes de lo pensado, los testeos que parecían evidenciar efectos positivos y un sector tecnológico que rescataba dividendos del confinamiento mismo. Los grandes participantes del mercado entraban por la puerta ancha prometiendo e implementando estímulos que lograrían disminuir la tasa de desempleo de un 13.3% a 11.1%, de acuerdo a los registros de mayo-junio, respectivamente. Con un crecimiento negativo de -5% en el PIB durante el 1er trimestre, Wall Street lograba rescatar un 20% en promedio durante abril, mayo y junio.
Si durante 2019 alguien me hubiera dicho que la bolsa caería un 20% el 1er trimestre y luego el 2do subiría un 20%, no habría creído por nada del mundo. De hecho, habría apostado a que el Teo, mi perro, dijera su primera palabra antes que lo señalado.
El 2do trimestre de 2020 ha sido el mejor desde 1998 y el 2do mejor desde 1938, de hecho, históricamente el índice tras reportar un avance por sobre un 15% en el trimestre, los dos siguientes periodos siempre termina en positivo, sin embargo, esto podría volverse algo del pasado, literal. Después del anuncio de la FED de EE.UU. que recortaba su tasa de interés y comenzaría un ambicioso plan de estímulos a fines de marzo del presente año, la bolsa americana ha logrado subir un 40% aproximadamente, y el optimismo persiste al día de hoy luego de mostrar algunas figuras en “V” en cifras de producción manufacturera privada.
No obstante, el mercado, Wall Street, o como se le quiera llamar, estaría pecando de un excesivo optimismo. La esperanza se apodera de los inversionistas en un contexto único que al día de hoy no tiene fecha de término, ya que como he declarado en otras ocasiones, la única salvación para la economía mundial es una cura que logre ser distribuida a la población en un corto periodo de tiempo. Los riesgos al día de hoy están más latentes que nunca, esto porque en las regiones en las que el desconfinamiento comenzaba a ser levantado progresivamente, la confianza de la población y una cuota de populismo comienza a jugar una mala pasada y podría ser un verano en el que todo el hemisferio norte deba pasar gran parte encerrado en 4 paredes. Esto luego que se conociera durante los últimos días un aumento considerable en casos de contagio, incluso más altos que los vistos en marzo/abril.
Cifras a nivel mundial
10 millones de infectados
500.000 muertes
Sin duda que el “drive” más importante al día de hoy para el mercado es el COVID19 y su impacto sobre la economía, pero, no debemos olvidar que como señalábamos en nuestra proyección para 2020, las elecciones en noviembre de EEUU serían un catalizador relevante, incluso poniendo en constante duda los acuerdos alcanzados con China y la ambiciosa oportunidad de Trump de extender su periodo como presidente de la 1era economía del mundo. El mercado aún arriesga caídas entre un 5 a un 25% desde los niveles actuales.
Sin duda será un verano caliente en el hemisferio norte y un invierno crudo, desde todo punto de vista.
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