Tik tok, tik tok, tik tok… restan un poco más de 100 días para las próximas elecciones en Estados Unidos, en donde Donald Trump (candidato republicano) busca su reelección en medio de una pandemia que ha puesto en jaque su principal arma, la economía, que al inicio de año mostraba sólidas cifras con un promedio de 3.5% en el desempleo durante el último trimestre de 2019. Si bien el crecimiento mostro una fase de estancamiento con un 2.3%, por debajo del 2.9% que evidenciaba durante 2018, la economía americana sin duda se ha presentado durante los últimos años con un optimo crecimiento a costa de una implementación monetaria soberbia. No obstante, Trump ha sabido ocupar esto como un slogan de campaña, “Make America Great Again”, el que se ha transformado al día de hoy “Trump 2020 Keep America Great”.
Por la vereda contraria, el candidato demócrata que al día de hoy no ha sido ratificado en un 100%, Joe Biden, parece ser el contrincante que estará en la papeleta este próximo 3 de noviembre. En la actualidad la llegada del COVID19 y la disputa racial, la que ha vuelto a levantar el polvo que estaba escondido bajo la carpeta del living, son dos herramientas de las que se ha sabido sacar provecho debido a la falta de liderazgo que ha demostrado Trump, mientras que Biden promete llevar a cabo un gobierno con tintes socialistas que involucra la preocupación por la población, aún más frente al embate de una pandemia como la que hemos debido sortear durante los últimos 5 a 7 meses. Esta situación ha llevado a Joe Biben a ocupar los números de preferencias en la carrera por la oficina oval, con un 49.0% versus un 40.2% para Trump. Sin embargo, no debemos olvidar que la última vez que ocurrió esto y no tan solo en las encuestas, en 2016 más papeletas apoyaban a Hillary Clinton, lo que no fue suficiente para alcanzar los 270 votos necesarios para ganar en el colegio electoral. Al día de hoy, más allá de las dudas que pueda generar el estado de salud mental de Biden o lo irracional que puede llegar a ser Trump considerado como un peligro para la estabilidad mundial, la atención en la medida que nos acercamos a la fecha se centrará en las reales propuestas para los próximos 4 años. Los 3 pilares en los que se basa la campaña de Joe Biden apuntan a refundar la espina vertebral de EEUU, la clase media, demostrar un liderazgo a nivel mundial e implementar fuertes reformas en el sistema judicial y penal, junto a cambios en las políticas medio ambientales. Sin duda que para llevar a cabo una reestructuración se deberán utilizar muchos recursos fiscales, los que muy probablemente vengan de la mano con cambios en la recaudación de impuestos para los más ricos y a grandes empresas. Sabemos bien que históricamente el mercado ha tenido preferencias por los candidatos republicanos, quienes en su totalidad han cumplido roles presidenciales pro-mercados privilegiando así el “libre albedrio” y una independencia absoluta, lo que también ha conllevado consecuencias desastrosas siendo el ejemplo principal la crisis subprime que estallaba entre 2007 y 2008.
En el ámbito laboral Biden buscaría restaurar los acuerdos básicos para la clase trabajadora, apostaría por cumplir las leyes comerciales existentes e invertir en las competencias de los trabajadores. Una de las aristas más importantes a nivel económico es el fracking, el que se restringiría para nuevas perforaciones para petróleo y gas en tierras federales y en alta mar. Una inversión en casi 300.000 millones de dólares en investigación y tecnología, como el desarrollo de la red 5g o vehículos eléctricos, a eso debemos llegar a considerar 400.000 millones en ayuda para la compra directa de productos producidos en EEUU acaparando el slogan, “COMPRAR AMERICANO”. La reforma fiscal que hacíamos alusión previamente aumentaría la recaudación en casi 4 billones de dólares y en su totalidad desmontaría el plan de rebaja fiscal aprobada por Trump y los republicanos, los que han beneficiado solo a grandes fortunas y compañías. La creación de empleo, por casi 5 millones de puestos, sería el impulso necesario para sostener su economía mediante la manufactura e innovación.
No hay duda que el 3er y 4to trimestre del año será interesante en la medida que nos acercamos al día “D”, y posterior con un renovado ciclo presidencial o un nuevo gabinete que cumpla con sus promesas de campaña.
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